La certificación energética es un proceso mediante el cual se evalúa el consumo energético y los sistemas de una vivienda o edificio. Su objetivo es determinar qué tan eficiente es en términos de consumo de energía. Cada vivienda recibe una etiqueta que muestra su nivel de eficiencia, representado por una escala de colores que va desde la categoría «A» (la más eficiente) hasta la categoría «G» (la menos eficiente), de acuerdo con la normativa actual.

La certificación energética es requerida cuando se desea alquilar o vender un edificio o vivienda. Los propietarios deben contar con el certificado energético disponible para mostrar a los posibles compradores o inquilinos.

Existen algunas excepciones a esta obligación, como los edificios y monumentos protegidos, los lugares de culto o los edificios de viviendas que se alquilan por menos de cuatro meses al año. Estos casos no están obligados a solicitar la certificación energética.